lunes, 26 de abril de 2021

Fake news


Esa mañana había visto un video impactante, de esos que circulan por los chats de Whatsapp, en el que un cocodrilo enorme, que había vulnerado el cerco de alambre fortificado de una casa en Miami, había ingresado al jardín y había atacado violentamente a la propietaria, al zambullirse ella en la pileta.

-          “¡Fake news!”, comentaros mis amigas. 

Yo, en cambio, no pude dormir. La secuencia de la mujer, abriendo la puerta de doble hoja de vidrio que daba a la galería externa, entre la voz de su esposo que la grababa con el celular, el zoom in de la cámara en mano para tomar el instante del chapuzón y el inmediato asalto del reptil, alzando el cuerpo de la víctima entre sus mandíbulas como a un pez, los gritos y el agua tenida de sangre – casi en simultáneo- se instaló en mi cabeza: ¿qué haría yo si un cocodrilo me tomase por sorpresa en el patio de casa?, ¿gritaría?, ¿me quedaría tiesa de pánico?, ¿correría?, ¿me escondería?, ¿podría salvarme?. Esos pensamientos se quedaron en mi mente hasta que amaneció. 

Me levanté furiosa conmigo misma. ¿Por qué me había desvelado por esa estupidez? En Argentina no hay cocodrilos y los yacarés habitan en zonas subtropicales, y se alimentan de mamíferos pequeños y de aves de igual tamaño. Además, yo vivía en Martínez, una zona urbana de Buenos Aires, y mi modesto patio lindaba con construcciones habitadas por seres humanos con hábitos citadinos. O sea, la posibilidad de que algo semejante aconteciera era nula.

¿Qué había significado entonces aquella preocupación? Quizá, un miedo irracional vinculado a mi niñez. ¿No era el malísimo Capitán Garfio, quien amenazaba a sus prisioneros con que su secuaz Smith, los convirtiera en alimento para el cocodrilo que tenía por mascota? 

Pasó el mediodía. Hacía un calor infernal y después de esa noche de absurda tensión, necesité relajarme un poco al aire libre. Me puse una bikini y las ojotas, busqué la reposera de lona naranja, que guardo plegada en el garaje para que no se oxide por el contacto con la lluvia, y con el mate en la mano y la radio encendida desde el teléfono, salí.

Me recosté y me quedé varios minutos con los ojos cerrados, escuchando los hits de los ´80s, que transmite una emisora de clásicos - que alterna la música con comentarios interesantes acerca de la historia de las bandas y de sus éxitos discográficos, con noticias de última hora-.

“Una mujer fue atacada por un caimán de casi tres metros. El hecho, que conmocionó a los vecinos de zona norte, ocurrió hace apenas unas horas en la localidad de Martínez, cuando  la mujer de 37 años tomaba sol en el fondo de su vivienda y fue agredida ferozmente por un yacaré negro de unos 400 kilos. El reptil le provocó severas lesiones en piernas y abdomen, y graves contusiones en el resto del cuerpo. Según informaron de Fundación Vida Animal, se trataría de un el ejemplar que se habría escapado de la reserva ecológica ubicada en el partido de Pilar, a unos 20 kilómetros del domicilio de la víctima, quien se encuentra internada en un sanatorio privado de zona norte y con pronóstico reservado”.