En un ramo de tinta veo tu cara,
tu cara que es hermosa
como un ramo de palabras bastas y arboladas.
Ahora, los domingos son más tristes,
como un tul de parra el mediodía se deshoja.
Detrás de la ventana
tu voz como el aire,
tus zapatillas de jean, tus cordones canos
las uñas de tus pies, que yo adoraba.
A veces, me parece oírte
los tangos, las historias, los boleros
el timbre que no suena
en la tormenta de la noche
apenas una balsa
Tu risa, todavía.