Podríamos no volver a vernos
Para recordarnos siempre
Jóvenes, graciosos, imposibles.
Viajar por la autopista en hora pico
- por la larga autopista de regreso-
Recorrer el mundo juntos:
Moscú, Praga, Londres, Nueva York.
¡Inventar la ruta!
Hablar de la
vida de las grandes capitales,
Ciudades histéricas
–como nosotros-,
Llenas de luces
y de ruidos.
Podríamos no
volver a vernos
Para imaginarnos
como quisiéramos,
Hacer de la
historia una aventura,
Ser los
personajes de Maciel,
O sentirnos
sexys compartiendo un whisky
Las lenguas
suaves refrescándonos las encías
- como en una
publicidad de dentífrico-
Distraer la
atención de otras cuestiones:
La casa, las
compras, la comida, las cuentas.
Podríamos no
volver a vernos
Caminar por el
centro una mañana de julio,
Admirar la influencia
francesa sobre la arquitectura porteña,
Saborear un
helado de pistacho
- ¡nunca comí pistacho!
-
Planear el
encuentro como un crimen:
Sin excusas ni
deseos reprimidos.
O debríamos ser ¿buenos?,
y no volver a vernos
Para evitar el
sentimiento neurótico de la culpa.