lunes, 6 de julio de 2020

La paraguaya


Yo trabajo de empleada en casa de una señora. Le cocino. Le hago mis tartas, mis sopas, mis guisos de verdura y de carne, o de gallina. A ella le encanta como le preparo porque dice que mi comida tiene gustito. Pero no uso sal porque la señora es una señora mayor ya, y no puede por la presión. A veces, también le hago mi sopa paraguaya, que ella me pide cuando va la hija.
La hija de la señora va de vez en cuando. No tan seguido. No sé si se lleva bien con la señora, pero yo no me meto. Nunca le digo nada porque no la quiero amargar. Y yo me doy cuenta de que cuando habla con la hija, se amarga, la señora ¿viste?
Más o menos, trabajo con ella hace 10 años. Al principio limpiaba. Después empecé a cocinar, cuando la otra empleada que tenía se fue. Para mi suerte porque era una asquerosa. También paraguaya, pero de Asunción. Le andaba con cuentos a la señora de que yo llegaba tarde y eran mentiras. La señora vive acá, en el country que está del otro lado de la autopista, a unas cuadras. Por eso siempre voy caminando y nunca llego tarde. Además, me gusta caminar. Yo soy del campo, como mi marido.
¿Así está bien la hebilla? ¿O preferís más levantadito hacia un costado tu pelo? Empecé a trabajar donde la señora después de que nació Lourdes, y Lourdes tomó la comunión el año pasado, así que más o menos eso. Mirá tengo la foto de Lourdes en mi celular. Acá está en la escuela. Va a Nuestra Señora de las Lágrimas, que es una escuela privada, de acá cerquita nomás, la que está enfrente de la parroquia. En cambio, Elías, mi hijo mayor, no. Él tuvo que ir a la escuela pública porque antes no podíamos pagar la privada. Pero ahora que quedó Lourdes solo en la casa, sí. Así que este año la anotamos en la privada. Mirá qué belleza que es su uniforme.  
Elías es el orgullo de la familia. A mi marido se le cae la baba por el hijo. Imaginate que lo llamaron para jugar y lo seleccionaron entre varios. Cuando me contó no quería saber nada, pero el papá me insistió: que el Elías es bueno, que tiene su futuro jugando. Y le hice caso. Yo le rezo a la Virgen para que lo cuide siempre y me parece que la Virgen me escucha porque el otro día metió un golazo que casi me muero.
Fijate si está bien. Te está quedando hermoso. ¿Es un casamiento de una amiga me dijiste? ¡Debe ser elegante tu vestido!, ¿no? Yo te veo que andás con tus polleritas y tus zapatitos que te combinan por el barrio y le digo a Lourdes que se nota que tenés buen gusto, que tenés ojo. Además, tenés rasgos refinados, vos.
Y bueno, yo amo la peluquería, pero no puedo atender en la semana porque mi marido quedó sin trabajo y me conviene seguir en donde lo de la señora, porque estoy en blanco y me paga bien. Mi marido arregla cosas, pinta, sabe construir. Él le cambió la ventana a la pieza, le puso la puerta al frente, colocó el espejo y las cañerías para el lavatorio, con la ayuda de Elías, antes de que se fuera a Jujuy. Y ahora está buscando, asíque si te enterás de algo…
El peinado así sujetado te va a quedar precioso. Después, te pongo spray y te rocío bien para que no se muevan las hebillas, si vos querés. 
¿Que qué hacía mi marido? Trabajaba en la ferretería que estaba al lado de la farmacia. La que cerró. Apenas llegamos del Paraguay consiguió por recomendación de un vecino. Puff, como veinte años que pasó con el mismo trabajo. Y hace unos meses el dueño, pobrecito Don Mario, ¡Que descanse con el Señor!, murió. Los hijos no quisieron seguir con la ferretería y con lo que lo indemnizaron a mi marido pusimos la pelu, justo antes de que Elías se fuera a Jujuy. Y ahí estudié. Hice un curso de cuatro meses: aprendí a teñir, a peinar, a cortar. A cortar todavía mucho no me animo. A veces le recorto un poco el pelo a la señora, para mantenerle el largo. Por ahora a eso me animo. ¡Ya me voy a animar más!
Jugando le digo a la Lourdes que le voy a teñir su cabello, pero ella no quiere, y se enoja. Yo me río.  Abro los sábados, sí. En la semana termino muy cansada y no tengo el permiso de la municipalidad para abrir, ¿viste? Ahí te pongo el rociador. Y en este pelito para que quede bien fijo. Listo. ¿Cómo te ves? A mí me parece que estás hermosa.

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