Estos muros
Absorbieron tu aliento
Y flotas,
ahora,
En el aire que
los ciñe;
Tal vez, porque
bebieron
Las coplas de
tus andares…
O porque fueron
testigo
- junto a los
bancos labrados-
Del milagro de
tu aura.
Y no me animo
Si quiera a
rozarlos
Porque mora en
ellos
El blanco perfume
de tus manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario