miércoles, 22 de agosto de 2012

A Tito

Leímos poesía
-con tus ojos y mi voz-
Tiempo después
De toda ausencia.

Fue soberbio:
El incesante fluir
De la clepsidra
Se detuvo.

Entonces, las palabras
Formaron un puente,
Apenas perceptible,
Entre las dimensiones.

Y recordé a la niña
Que reía entre los jazmines
Traslúcidos –ahora-
Como tus pies

Leímos poesía
La tarde se rompió,
Como un himen.
Lo desconocido.

Y con un beso
Fechado en el infinito
Nos despedimos
¡Hasta siempre!

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